No mi casa de Hualpencillo, porque esa se desplazó tres metros hacia la izquierda y se derrumbó en tres esquinas luego del terremoto, pero todavía se puede ver desde del cielo si se mira con atención. Es mi casa de Los Angeles la que no siempre se registra en los satélites.
Ninguna de esas dos casas es mía, realmente. La de Hualpencillo es de doña Luisa; y ella se la arrienda a mi mamá; y es mi mamá la que insiste en que diga que es “nuestra”. La de Los Angeles no es de ninguno de los dos, sino de mi abuelo, pero a él también le gusta decir que todo lo suyo es de nosotros.
Como no tengo del todo claro donde estoy, hice un modelo para entender las cosas de mejor manera, lo que se llama un “modelo a escala”; pero el mío no puede ser a escala porque aunque se los pedí a mi mamá, no tengo los materiales
adecuados, porque según ella no hay plata.
Entonces, uso algodón, cajas de fósforo, tapas de cuaderno, palos de helado, ganchos de ropa (que algunas personas llaman “perros”) y tubos vacíos de papel confort. Autos de juguetes y estampitas de iglesias del norte que le saqué a mi abuela y casas de plástico que imitan la villa, pero no pueden serlo, porque nada es realmente así y la casa de mi abuelo no es de plástico.
Los materiales de la casa son madera, pizarreño, zinc, ladrillo, ladrillo princesa y adobe.
El día que llegamos, el abuelo me dijo que la casa no tuvo nunca los materiales más caros; pero que es más firme que él, y que ha aguantado terremotos peores que éste y que aguantará muchos más. Sin embargo, la asociación internacional de sismología dice que el único terremoto peor que éste, (11 en la escala de Mercalli modificada); ocurrió en Siria en 1201; y no creo que la casa haya estado ahí.
Pero no podría asegurar donde ha estado todas las veces que no ha aparecido en el mapa.
hermano,
ResponderEliminarcreando universos ...
Hay una ternura en Marco Nibiru que recuerda al mundo infantil o que perfectamente podría ser la autobigrafía del asesino en serie. De los dibujos, algo de Sadman, mezclado por Chris Were.
ResponderEliminarVeamos por donde nos lleva este niño sin hogar.
saludos y bienvenido a la literatura on line...
Vladimir Rivera Ordenes
Un pasado opaco parece desamparar a Nibiru y al mismo tiempo motivar su creaciones a escala. Entre mundos que se caen y desvanecen... Marco se encuentra expuesto a distintos nombres y por ello a un andar dispuesto a desviaciones, incluso a aquella que Vladimir menciona en oposición a la ternura del niño. Pero hay que esperar, aunque ya sabemos que el escenario que introduce su andar se escapa de la mirada solar del mapa, y que es allá abajo, sin plata, sin grandes nombres, donde se traman las leyendas.
ResponderEliminarSaludos Enrique! Simón
fue agradable leer el collage de pasajes perdidos en la geografía, de pedazos de biografía contados en anécdota y de simples dibujos,
ResponderEliminarque continúe! saludos
daniella
Si no te conociera , ni conociera tu casa, nunca imaginaría que algo tan inociente saldría de una mente tan compleja como la tuya.
ResponderEliminarpienso que en el arte el camino hacia la escencia es a traves del pensamiento infantil...yo que pensaba que habías nacido viejo, aún lo pienso...
no olvido ,no olvIdo que un día los dos fuimos vichos raros, diferentes, o únicos(como tu lo quieras entender) como MARCOS NIBIRU.
Un abrazo.
sigue escribiendo...quiero saber más.
Natalia Raggi